lunes, 21 de febrero de 2011

Hasta el último aliento.

Llevo tanto tiempo sin estar un rato largo en la alcantarilla que se me hace extraño estar aquí escribiendo esto. Han sido unos días muy agitados entre el curro y esa batalla contra el mundo en busca de una alcantarilla individual que no tenga que compartir con mamá rata. Y no negaré que estoy francamente agotado y que, especialmente este fin de semana, he tenido episodios de estrés y ansiedad como hacía eones que no los tenía, pero... Pero qué cojones. Supero toda esa mierda con unas altas dosis de ilusión y de optimismo y lo cierto es que me siento muy cansado pero con unas ganas tremendas de que esto no pare y de comerme el mundo.
Va a ser una batalla dura, sobre todo si consigo el otro trabajo para el que ando preparando cosas, pero cuando la guerra termine podré proclamar orgulloso que salí victorioso de esta.
Sencillamente toca apechugar y apretar los dientes. Aunque lo cierto es que después de noches cerveceras como la de anoche todo parece mucho más fácil. Mereció la pena coger el bus que no era.

2 comentarios:

  1. ¿Y dónde narices acabaste? xDDD

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  2. Pues resulta que el bus que pillé cruzaba una avenida por la que también pasa el bus que tenía que haber pillado... ¡¡Y YO NO LO SABÍA!! Me bajé para coger un taxi viendo que me encaminaba hacia una zona digamos... poco recomendable, me encendí un piti, vi mi autobús a lo lejos y corrí como un poseso. Corrí mucho, en serio. Ya no estoy como para hacer deporte...

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