domingo, 31 de marzo de 2013

AHORA (bazofia inacabada de cosecha propia).

No hubo guillotinas
en aquel precioso Abril
en que el pueblo decidió
que ya os teníais que ir.
No corrió la sangre,
no hizo falta presionar:
la gente decidió
que ya no os quería más.
Fueron tiempos gloriosos
de revolución
que pronto volverán.
Fueron tiempos gloriosos
de un pueblo que pedía
pan, cultura y libertad.
Y AHORA, siglo veintiuno,
resulta que AHORA
me encuentro que AHORA
habéis vuelto a ganar
Y AHORA, resulta que AHORA,
a estas alturas,
os vuelvo a gritar:
NO NOS VAIS A DETENER,
las ideas nunca mueren,
no tenéis nada que hacer.
Si mis hijos pasan hambre
vuestra tumba cavaré
con las mismas manos
con que un día
generé
el mismo sucio dinero
en que ahora os revolvéis.


Escrito a vuelapluma una noche tonta como esta en un primero de Abril que huele sospechosamente a que nadie se entera de nada. Yo el primero.

lunes, 25 de marzo de 2013

La lluvia que no cesa.

Abro por casualidad el cajón donde guardo las historias que nunca terminé y me invade una extraña sensación de estar totalmente desubicado en el tiempo. Creo que ha llegado el momento de salir del armario y confesarlo: llevo cerca de un año con una depresión tremenda y sobre estas últimas navidades toqué fondo, tuve una crisis y deliré, grité y pateé cosas por mi casa. Un cuadro.
Me levanté a la mañana siguiente y, de pronto, había salido el sol. Empezaba un nuevo día pero no iba a ser fácil encararlo. Menos mal que, como siempre, me sobraban las ganas.
Me he echado mucha mierda encima durante todo este tiempo que me he estado dando el lujo de marchitarme por dentro. Me he podrido hasta límites insospechables, me he encerrado en mí mismo dejando de lado a la gente a la que más quería -y aprovecho para pedir disculpas, por cierto- y he roto todos los hilos habidos y por haber. Nunca quería salir, nunca quería quedar, nunca quería ver a nadie. Siempre había una buena excusa para no pisar la calle, para revolcarme en el lodo, para ser antipático. Para estar muerto.
Hoy, a estas alturas, y tras casi un mes sin parar de currar -literalmente. Y lo que me queda-, creo que puedo decir que estoy empezando a asomar la cabeza. Y es jodido, porque a lo largo de este año la vida de la gente ha evolucionado y me lo he estado perdiendo. Si, en general, nunca he sido muy sociable, ahora encima me cuesta aún más relacionarme con humanos a los que no conozca. Incluso me cuesta relacionarme con los que sí conozco, no nos engañemos, pero me estoy esforzando por salir de este montón de mierda y volver a ser esa rata alegre y simpática que no perdía el buen humor y que siempre tenía un chiste a mano. El simple acto de volver a sentarme a escribir pitillo en boca y cerveza en mano ya me parece positivo.
Tengo ganas renovadas y, mal que bien, ilusión por hacer cosas. Os pido paciencia y que me echéis una mano. Y esto va especialmente dirigido a los que más y mejor me conocéis (dos de los tres pelagatos que leéis esto. Me encanta que peléis gatos, son el enemigo natural de los ratones). Sé que tendré días, que me cerraré en banda, que nunca podré quedar... Arrimadme el hombro, creo que necesito la ayuda.
Está cambiando todo muy deprisa y me está costando adaptarme. Sin más.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Esclavos del S. XXI - Gatillazo



Un trabajo de mierda,
una casa pequeña,
un amor aplastado
por impuestos y deudas.
Unos niños preciosos
aprendiendo en la escuela:
la vida de los esclavos en el Siglo XXI.
La vida de los esclavos en el Siglo XXI.
Atrapados en el precio
de una crisis eterna
por tener esas cosas
que no nos interesan,
protestar débilmente
reprimidos con fuerza:
la vida de los esclavos en el Siglo XXI.
La vida de los esclavos en el Siglo XXI.
Unos nos arrastramos
y otros sueñan con ello.
Unos se desesperan
otros se suicidan
buscando una manera
de librarse de esto,
de una vida de esclavos en el Siglo XXI.
La vida de los esclavos en el Siglo XXI.
Gatillazo.


viernes, 8 de marzo de 2013

El pez.

El pececillo nadaba tranquilamente río abajo, vio un apetitoso cebo, se lo comió y mordió el anzuelo. Le rebozaron y se lo comieron con ensalada.