miércoles, 26 de marzo de 2014

On the road again.

Ya no me acordaba de lo que era estar de rodaje, de esas jornadas de once horas que parece que no se van a terminar nunca y del dolor de pies al llegar a casa después de tanto tiempo sin reposar el culo.
Y me gusta, la verdad es que me gusta mucho rodar, y tirar tomas y superar adversidades. Me gusta mucho la pértiga, y poner micrófonos ocultos y pedirle límite a los cámaras. Me gusta discutir cosas con los primeros de dirección y tirar cable y tener que ir corriendo a todos lados. Me gusta esa sensación de pequeña familia que se crea en todos los rodajes, la verdad.
Tiene su contrapunto, es cierto... Echo de menos a mi gente, a mis amigos, a mi sobrina y, sobre todo, a mi compañera. Echo de menos tenerla cerca, tener tiempo, compartir cosas, agradecerle todo lo que le debo y el apoyo indispensable que está siendo todo este tiempo... ¡Y los sábados! Después de casi cuatro años sin fines de semana libres, me ha costado solo tres meses volver a acostumbrarme a salir días normales.
Pero no renuncio. Me corre sonido por las venas. A pesar de que los párpados se me caen todo el rato entre palabra y palabra, me encanta esto. Lo echaba mucho de menos.
Me gusta ser de sonido. Me gusta estar de vuelta.

lunes, 17 de marzo de 2014

Feliz lunes.

He llegado con la hora justa y la lengua fuera porque, si no tenía bastante con el madrugón, tampoco es que mis horas de sueño hayan sido precisamente de calidad. No todo en la vida es trabajo, o la falta del mismo.
Llego, decía, con la hora justa y la lengua fuera y, lo primero que hacen, es meterme en una especie de aula más pequeña que mi habitación con otras doce personas y con la temperatura perfecta para cocinar unos canelones recién sacados del congelador. La ubicación de la sala era inmejorable, tanto es así que cada vez que alguien en algún lugar del edificio tiraba de la cadena teníamos el impagable privilegio de escuchar la bajante. Para terminar de mejorar la experiencia, las sillas de las que disponíamos gritaban desde antes de sentarte que de pie ibas a estar más cómodo. Mi fístula habría agradecido mucho que hubiese sabido escucharlas.
Comienza la charla y todo son amenazas veladas, amabilísimas explicaciones sobre qué pasa si no acudimos a ese tipo de "invitaciones" o si se nos olvida ir a sellar el paro. La mujer que se presenta como nuestra "tutora en la búsqueda activa de empleo" nos advierte que si cobramos la prestación no podemos salir del país sin permiso y para mí pasa a convertirse en nuestra agente de la condicional. Su cara me resulta extrañamente familiar, pero en realidad lo único que quiero es un café.
"Atiende zagal, si no vienes a las charlas te dejo sin paro, ¿estamos?"
Total, que después de cuarenta minutos viendo diapositivas de Power Point en un proyector estropeado nos han puesto un vídeo locutado con Loquendo explicándonos un sistema de búsqueda de empleo de la Comunidad Autónoma de Madrid que aún va a tardar varios meses en funcionar. Al finalizar me han dado un papel con la próxima citación y he firmado en otro como prueba irrefutable de que he estado allí. Me he venido a casa con la sensación de que la culpa es mía por estar en paro y de que estoy extraña y absurdamente preso en un país del que estoy más que harto pero al que tributo impuestos de todos los colores desde el día en que salí del coño de mi madre. Tengo que estar acudiendo a ver a mi agente de la condicional hasta que ella decida que de verdad estoy buscando trabajo y en Agosto se me acaba el paro.
He subido los cuatro pisos que separan mi caja de cerillas de la calle y mientras los ruidos de la obra de la casa de al lado me taladran los oídos he descubierto que no tengo café, que la nevera está vacía y que el router no funciona. Me he lamido las heridas un rato, he recuperado la compostura, me he conectado a internet con el móvil y he escrito esto.
Y todavía son las doce de la mañana del lunes, mi vida es maravillosa.

viernes, 7 de marzo de 2014

Pasa la vida - Pata Negra.


Y pasa la vida, pasa la vida.
Pasa la vida
y no has notado que has vivido cuando
pasa la vida
y no has notado que has vivido cuando
pasa la vida.
Pasa la vida, tus ilusiones y tus bellos sueños,
todo se olvida,
tus ilusiones y tus bellos sueños, todo se olvida.
Y pasa la vida igual que pasa la corriente
cuando el río busca el mar
y yo camino indiferente donde me quieran llevar.
Pasa la gloria, pasa la gloria.
Pasa la gloria,
nos ciega la soberbia pero un día
pasa la gloria,
nos ciega la soberbia
pero un día pasa la gloria.
Pasa la gloria
y ves que de tu obra ya no queda
ni la memoria,
y ves que de tu obra ya no queda
ni la memoria.
Y pasa la vida igual que pasa la corriente,
cuando el río busca el mar
y yo camino indiferente, donde me quieran lleva.

Pata Negra

Pasa la vida, pasan los días, pasan las anécdotas, se va el dinero, se escapa el frío, se marcha el invierno y no pasa nada, excepto la vida. Pasa la vida, pasan los días, pasa el tiempo y me desdibujo, no me reconozco, cada vez sonrío menos, cada vez me da más pereza todo: la gente, las cervezas, los porros... La compasión, la compasión es horrible. "Ya pasará hombre, tampoco es para tanto, no te pongas así, anímate, sonríe". Y te miran con esos ojos inmovilistas como las vacas que ven pasar el tren. Nadie sabe qué decir porque en realidad nadie quiere decir nada, porque todo se soluciona bebiendo y fumando hasta olvidar, pero a la mañana siguiente todo vuelve a ser igual y pasa la vida.
Tiene cojones que yo me haya convertido en esto. Solo quiero trabajar, no pido más.
Pasa la vida y aquí no pasa nunca nada. No me reconozco y no sé cómo coño salir de este pozo.