martes, 28 de diciembre de 2021

Sobre echar de menos.

 Hoy ha sido la primera vez desde que me mudé que no he echado de menos ni la antigua casa ni el antiguo barrio. Es más, de pronto le he visto un montón de ventajas a esto de vivir en la periferia con avenidas grandes, calles amplias, zonas verdes y prácticamente nadie con quien cruzarse a las diez de la mañana. Ha sido raro y reconfortante.

A ella, sin embargo, sí me ha dado por echarla de menos. Ella sonriendo, ella dándome aquellos abrazos que eran casa; ella con frío, que casi nunca lo tenía, metiéndose dentro de mi abrigo abierto. El olor de su pelo. Y no sé por qué, pero de pronto hoy vuelve a doler y vuelve a ser difícil.

miércoles, 22 de diciembre de 2021

"Hacía mucho que no eras tan Rata".

 En esta sana costumbre que he adoptado de recuperar el contacto con gente con la que llevaba entre diez y ocho años sin hablarme, hoy me han dicho dos cosas muy bonitas.
La primera ha sido de una persona que ha pasado un 2021 de mierda y con la que retomé el contacto allá por Julio, que me ha dado un abrazo gigantesco y me ha dicho "recuperarte como amigo ha sido lo mejor de este año". La frrase ha sido un gancho directo a mi mandíbula, la verdad... Porque tiene un montón de implicaciones y matices por ser ella quien es y por la relación que tuvimos en su momento... Porque en cierto modo me pone frente a un espejo, la verdad. Y porque su pareja, allí presente, me ha dicho "joder Rata, es que no sabes lo mucho que me ha hablado de ti y cómo ha cambiado desde que has vuelto a su vida". 

Por supuesto que esta historia es real y por supuesto que me estoy echando flores. Estoy un poco harto de sentirme en la mierda y de sentir que me merezco todo lo malo que me pasa. Cuento esto presumiendo y con el pecho enchido de orgullo, joder. Es muy bonito. Mucho.

Esa misma persona, en un momento de una conversación sobre política en el que me he venido muy arriba y he defendido mis ideas con la vehemencia habital que da la cerveza, me ha dicho "hostia, desde que nos habiamos vuelto a ver nunca habías sido tan Rata como en este momento. Hacía mucho que no eras tan Rata". Y, joder. JODER.
Me ha tenido que dejar la que ha sido mi pareja durante ocho años y me he tenido que ir de la que ha sido mi casa durante once... ¿Para volver a encontrarme? ¿Qué coño está pàsando aquí?

En fin. Está siendo un Diciembre lleno de sorpresas... ¿Qué más episodios apasionantes nos depara el futuro?

Feliz Ómicron.

lunes, 20 de diciembre de 2021

Las cosa de adultos.

He llegado a casa, he echado al cubo de la ropa sucia lo que traía puesto, he fregado y recogido las cosas del desayuno, le he puesto de comer a la gata, me he cenado una ensalada y me he sentado a escribir esto absolutamente sorprendido de tan inusual concatenación de sucesos.

Y mientras cenaba y me sorprendía de tenerlo todo hecho antes de las diez en lugar de haberme tirado en el sofá a beber cerveza (joder, ¡no he encendido ni la tele!) me ha dado por ponerme instropectivo (ayer una amiga me preguntaba que cómo hacía yo para ponerme introspectivo y no supe muy bien qué responder, pero a veces me sucede así, de pronto) y pensar en todo este extraño proceso de mudarme de casa y de vida que empezó en Junio de este mismo año y está atravesando ahora el momento más duro y doloros de todos. Joder si duele.
Creo que por eso me he encerrado tanto en trabajar. Trabajo hasta que duele y me ha costado ir poniendo los pies en el suelo y ver la situación con un poco de perspectiva. Estoy agotado y me mueve la inercia, a veces me despierto sin saber a qué trabajo tengo que ir pero con la certeza de tener que trabajar. He hecho verdaderas locuras estos meses y hasta me dio tiempo a pasar la Covid. Todo el tiempo ocupado para no pensar. Pensar duele, observar lo que pasa duele. Las heridas están aún frescas, aunque poco a poco van curando, muy despacio. Algunas aún escuecen y otras incluso aún sangran. Poco, pero sangran.

He estado pensando en por qué de pronto mi casa (¿mi ex-casa?) me genera cierta sensación de desapego. Supongo que tiene que mucho que ver el hecho de estar cargada de recuerdos y vacía de cosas, pero también he llegado a la conclusión de que podría ser porque durante mucho tiempo ha sido una casa pero muy poquitas veces ha sido un hogar.
Me han asaltado las fotos de las pasadas navidades que pasamos allí. La Nocheviejuena o algo así lo llamamos. Menuda llorera, oiga. Y ni aún así aquello fue un hogar.

Tengo la sensación de estar mutando otra vez y de que me hayan caído un par de años encima. Probablemente los que me faltaban.

El miércoles me invitaron al concierto de Talco y me vacié un poco en todos los aspectos. Y fue muy agradable primero contarle a alguien que me ve muy desde fuera cómo estoy y segundo aclarar y cerrar ciertas cosas que llevaban un tiempo en el aire. Ya está, aclarado. Sigamos siendo amigos, joder. Y brindemos otra vez.