miércoles, 19 de octubre de 2011

Venganza.


- ...¡Joder! ... ¡Joder!
- ¿Estás bien?
- No estoy bien. Estoy a mil jodidas millas de estar bien.
- ¿Y ahora qué?
- ¿Y ahora qué? Voy a decirte lo que pasará: llamaré a un par de negros empapados en crack, quiero que disequen a este colega empleando un soplete y un par de alicates. ¿Has apuntado lo que he dicho maldito capullo? ¡Aún no he acabado contigo! ¡Ni lo sueñes! ¡Practicaremos el medievo con tu culo!
- Me refería a qué pasa ahora entre tú y yo.
- Ah. Ese 'ahora qué'. Te diré qué es lo que pasa ahora entre tú y yo: ya no existe más 'tú y yo'. Nunca más.
- ¿Estamos en paz?
- Sí, lo estamos. Dos cosas: no hablarás con nadie sobre esto, esto lo compartimos yo, tú y el violador que está a punto de pasar lo poco que le queda de vida en un dolor espantoso y apabullante. A nadie más le importa. Dos: te irás de la ciudad esta noche, ahora. Y cuando te hayas ido quédate lejos o la palmarás. En Los Ángeles ya no tienes privilegios, ¿de acuerdo?
- Sí.
- Saca tu culo de aquí.

Butch Coolidge (Bruces Willis), Marsellus Wallace (Ving Rhames) y Zed (Peter Greene). Pulp Fiction.

Ojos que van a rosca.

De vez en cuando me gusta desenroscarme los ojos y lanzarlos hacia atrás a ver dónde caen. Hoy han ido a parar a una copia de seguridad que tengo de una cosa en la que escribía hace muchos años y, sinceramente, de primeras ha sido muy agradable reencontrarse con las paranoias que vomitaba este simple ratón 2190 días atrás. Ha sido reconfortante ver que mis problemas siguen siendo los mismos pero que la forma de afrontarlos y de plantarles cara ha cambiado mucho y ha sido genial recordar que una vez estuve enamorado porque, sinceramente, empezaba a pensar que siempre había sido tan de metal como soy ahora. Resulta que no, que una vez tuve un corazoncito que hacía bombear la sangre y los sentimientos por este cuerpo lleno de pelos que tengo.
¿Ha tenido su parte mala? Por supuesto, como tienen parte mala todos los vistazos a tiempos pasados... En esta carrera por etapas que los humanos os empeñáis en llamar vida (si esto es vivir en serio, yo prefiero hacer el indio...), lo que se acaba y se entierra está bien así. Apareció un troll que mandó a tomar por culo ProyectoXXI (así se llamaba el asunto) y que dejó una huella imborrable y desagradable en mi vida personal... Uno de esos tipos a los que si pudiese, aún a día de hoy con todo lo que ha llovido y lo mucho que se han normalizado todo tipo de situaciones, le arrancaría los ojos con mi uña de apretar tornillos y se los serviría como primer plato de un largo menú que tiene como postre una muerte lenta y dolorosa. Los acontecimientos que se han venido sucediendo en los últimos días me han demostrado que tengo una capacidad de perdonar y olvidar que ni yo mismo esperaba, y sin embargo a este sinvergüenza le habría estado echando sal y limón en las heridas hasta que este puto planeta reventase de una puta vez.
Y, mal que bien, en eso he echado la tarde. Ahora con vuestro permiso me voy a dar al queso y al vino y voy a sentarme a mirar por la rendija de la alcantarilla a ver qué se cuece ahí fuera.
No estoy mal, pero desde luego tampoco estoy bien. Estoy a mil jodidas millas de estar bien.

sábado, 15 de octubre de 2011

Los pobres no tienen patria - Los muertos de Cristo


Siglo tras siglo, de odio y persecución
dura es la lucha, que rompe el corazón, de
hombres y mujeres, que tienen que emigrar, almas
en pena, en busca de un hogar.

Extranjeros en la tierra, que trabajan de sol a
sol, esclavos de un paraíso, que es tan
falso como dios,

La miseria te ahoga, el hambre te mata, vayas
donde vayas, los pobres no tienen patria.

¿Y las guerras quien las hace?, ¿y
a sus tumbas quienes van?, ¿pues acaso son
los ricos?, ¿por los cuales tu
morirás?

No creo en las banderas, que defienden tu
nación, no creo en las fronteras que
dividen la razón.

Quiero ser libre, como las olas del mar, mezclar
mi sangre roja, como la de todos los demás.

La miseria te ahoga, el hambre te mata, vayas
donde vayas, los pobres no tienen patria.

Los muertos de Cristo

jueves, 6 de octubre de 2011

Continuamos para bingo.

Con permiso, porque la foto se la he robado descaradísimamente a Ba.

Si he sobrevivido veintiséis años sin doblar la rodilla, si me he pegado todo este tiempo recibiendo golpes y no me han tumbado todavía, si siempre he conseguido levantarme antes de llegar a tocar el suelo... No voy a cambiar ahora. No pienso permitirlo.
No quiero morirme pensando que de los veintiséis en adelante viví una vida tonta. Ni un día tonto más. Hasta aquí hemos llegado.