miércoles, 19 de octubre de 2011

Ojos que van a rosca.

De vez en cuando me gusta desenroscarme los ojos y lanzarlos hacia atrás a ver dónde caen. Hoy han ido a parar a una copia de seguridad que tengo de una cosa en la que escribía hace muchos años y, sinceramente, de primeras ha sido muy agradable reencontrarse con las paranoias que vomitaba este simple ratón 2190 días atrás. Ha sido reconfortante ver que mis problemas siguen siendo los mismos pero que la forma de afrontarlos y de plantarles cara ha cambiado mucho y ha sido genial recordar que una vez estuve enamorado porque, sinceramente, empezaba a pensar que siempre había sido tan de metal como soy ahora. Resulta que no, que una vez tuve un corazoncito que hacía bombear la sangre y los sentimientos por este cuerpo lleno de pelos que tengo.
¿Ha tenido su parte mala? Por supuesto, como tienen parte mala todos los vistazos a tiempos pasados... En esta carrera por etapas que los humanos os empeñáis en llamar vida (si esto es vivir en serio, yo prefiero hacer el indio...), lo que se acaba y se entierra está bien así. Apareció un troll que mandó a tomar por culo ProyectoXXI (así se llamaba el asunto) y que dejó una huella imborrable y desagradable en mi vida personal... Uno de esos tipos a los que si pudiese, aún a día de hoy con todo lo que ha llovido y lo mucho que se han normalizado todo tipo de situaciones, le arrancaría los ojos con mi uña de apretar tornillos y se los serviría como primer plato de un largo menú que tiene como postre una muerte lenta y dolorosa. Los acontecimientos que se han venido sucediendo en los últimos días me han demostrado que tengo una capacidad de perdonar y olvidar que ni yo mismo esperaba, y sin embargo a este sinvergüenza le habría estado echando sal y limón en las heridas hasta que este puto planeta reventase de una puta vez.
Y, mal que bien, en eso he echado la tarde. Ahora con vuestro permiso me voy a dar al queso y al vino y voy a sentarme a mirar por la rendija de la alcantarilla a ver qué se cuece ahí fuera.
No estoy mal, pero desde luego tampoco estoy bien. Estoy a mil jodidas millas de estar bien.

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