sábado, 30 de noviembre de 2013

Los abrazos.

Dicen que cuando vienen mal dadas es cuando aparece la gente que de verdad te quiere. No sé si es cierto porque en general tengo mucha suerte en ese sentido y siempre me rodeo de los mejores, pero el aluvión de mensajes, muestras de apoyo, llamadas y manos dispuestas a ayudar que me están llegando con esto del paro me tiene desbordado y jodidamente abrumado.
Sé que no estoy bien, no estoy especialmente animado y no me atrevo ni a respirar por si me cobran, pero no sabéis cómo de agradecidísimo os estoy. Probablemente estos días ando pensando más en mí mismo que en otra cosa, lo siento por la gente que sé que me necesita porque no estoy... ahora mismo no puedo estar. Volveré por mis fueros cuando me acostumbre un poco a la nueva situación y, sobre todo, cuando se acabe esta vorágine de visitas a abogados, sindicatos, reuniones de compañeros y demás mierdas. Y ahí me pagaré las cañas que os debo y os devolveré las risas que me estáis aportando. El quince de Diciembre es el día D.

Gracias a todos por estar ahí siempre. Os quiero un cojonazo.

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