jueves, 8 de agosto de 2013

El chacachá del tren.

Viajo en un tren a dosciencientos cuarenta y ocho kilómetros por hora y me acuerdo de Jack en 'El club de la lucha': rezo para que haya un accidente y se acabe todo. A tomar por culo, afrontemos esto por la vía rápida.
Bueno, en realidad no. No estoy tan desesperado. Es más, ahora ya ni siquiera estoy cabreado más allá de sentirme el idiota de la película. Ni eso, diría yo, porque creo que el orgullo se ha comido a la mala hostia, así que cabeza alta y vista al frente. La playa ayuda mucho en esto y pasar suficiente tiempo al sol como para que siga creciendo la colección de tumores (vamos a por el cáncer de piel, que de esa lotería no parece que lleve boleto) también; refresca cuanto menos.
Tampoco quiero entrar en detalles de lo que ha pasado... porque es para nada y porque creo que las dos partes involucradas nos hemos dicho ya todo lo que teníamos que decirnos, que ha sido lo justo en estos casos. Las disculpas llegaron tarde y las vendas vinieron después de unas heridas que hace mucho tiempo que se sabía que iban a ser abiertas. Lo sabía todo el mundo menos yo, vaya. En fin... ya tenemos pelos en los huevos y yo personalmente voy teniendo callo en según qué cuestiones, aunque estaba más acostumbrado a lidiar con mozas y zagalas que con colegas y supongo que por eso me ha dolido tanto el asunto. Luego a la gente se le llena la boca diciendo que soy un macarra, un radical y un violento pero resulta que tengo una serie de códigos de honor, camaraderia y respeto de los que otros carecen.
Igual de otras personas me lo podría esperar, de esta no. Tanto da... voy ahora mismo en un tren y vienen unos seres humanos de calidad superior a buscarme a mi estación con unracimo de litronas. Lástima esta sensación de que acabarán pagando unos platos que no han roto ellos, pero la lección ha quedado bien aprendida: no confíes ni en tu puta sombra porque aquí el más tonto hace relojes y el más colega te apuñala por la espalda y te culpa de ello.


Pd: Renfe, si en tus trenes me puedo emborrachar ¿por qué cojones no me habilitas un sitio donde fumar? Qué largo se me está haciendo el camino, la hostia...

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