sábado, 28 de abril de 2012

Que nada cambie.

El día diecisiete iré a ver al Maestro Rosendo Mercado al teatro. El día veintiséis iré a ver a los Lendakaris Muertos. El día veintisiete cumpliré veintisiete años y la vida seguirá sin detenerse mientras la válvula funcione y el cerebro piense, y últimamente no tengo queja de ninguno de los dos. El resto de mi cuerpo sí va notando el paso de los años y aguantar dos días de juergón seguidos como este jueves y este viernes ya me pesa.
Y a pesar de todo, las casualidades maravillosas siguen existiendo, aún me ocurren cosas fantásticas que me descolocan y me desorientan y me hacen reír y confiar aún en la raza humana. Va a ser una pena no volver a verte; cuídame bien al bufón, se ha pegado una pechá de años conmigo.

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