sábado, 20 de septiembre de 2014

¿Y si no soy humano?

Tanto tiempo jugando a ser rata que al final... ¿he dejado de ser humano?
He llegado a la conclusión de que vivo de una forma muy diferente a la del resto de seres humanos que conozco. Bueno, miento, realmente he llegado a la conclusión de que tengo una idea de vida que se aleja mucho de lo que esperan de mí los humanos a los que quiero y aprecio. Y, como es evidente, aquí surge la disyuntiva: ¿me dejo domesticar por ellos o podremos convivir en paz?
Si algo me resulta evidente a mis casi treinta primaveras es que, por no disutir, siempre he llegado a situaciones de falso consenso. Y digo 'falso consenso' porque al final siempre tengo la sensación de ser yo el que da su brazo a torcer para buscar la opción menos conflictiva y, precisamente por no discutir, siempre cedo y tolero todo.
Y no, resulta que no. Resulta que a diario peleo cosas que no comparto a nivel político, social, económico, laboral.... pero eso no sé transmitirlo a mi día a día. Y ahí me planteo.... ¿de verdad es tan difícil ser humano?
Estoy harto de transigir siempre -o de tener la sensación de que lo hago-, de callarme cosas por no ofender. Estoy harto de no ser yo, comido por unas inseguridades que creo que me han venido jodidamente impuestas... Estoy harto de ser en mi vida privada todo lo políticamente correcto que no soy en el resto de ámbitos. Estoy harto de ser cobarde. Estoy harto de ser humano. Estoy harto de mis miedos.
¿Y? ¿Qué hago ahora? ¿Rompo con todo? ¿Me cago en vuestra puta madre? (¡¡ME CAGO EN VUESTRA PUTA MADRE!!) ¿De qué me sirve eso? Si me callo todo lo que me callo por no ofender ni molestar a nadie.... Y tampoco soy un mártir, sólo aspiro a aprender a vivir en sociedad. Visto lo visto no se me da mal del todo, salvo por la parte en la que considero que me callo demasiado.
Me satura. Me satura mantener este rollo social tan raro que tanto critico y que, al mismo tiempo, no sé romper. Me satura darlo todo por vivir en esta mierda que no entiendo pero que no sé por qué me han impuesto y, lo que es peor, no sé por qué he aceptado. Me satura que los humanos hayáis decidido normalizar cosas que no considero normales.
Me satura que ser políticamente correcto me haga infeliz. Me satura que las cosas no sean naturales. Me satura no entender vuestro puto sistema social y moral.
Y, entonces, cuando me saturo, es cuando me pregunto si soy humano. Si el error es mío o de la sociedad.
A veces me gustaría ser normal, aunque me matase el aburrimiento. Pero es que no os aguanto, putos humanos. Odio vuestra humanidad porque implica complicarlo todo y cargarse la naturalidad.
No sé si soy infeliz porque no os entiendo o porque no me hago entender, pero la vida es para disfrutarla y eso es incompatible con imponer limitaciones.

1 comentario:

  1. jajajaja, a pesar de la diferencia de edad yo también me encuentro ahora metida de lleno en una transformación a gusano o a humano(que al final es lo mismo), la verdad es que voy encaminada a morir de aburrimiento con esta nueva vida...gimnasio, grupos de mamás....(entre tú y yo!! que asquito me da todo esto) pero es lo que hay para dejar de sentirte un bicho raro!!!

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